domingo, 26 de febrero de 2012

Nunca terminamos de aprender.
Nunca terminamos de comprender las cosas, las personas, y nunca terminamos de entendernos a nosotros mismos.

Una vez me dijeron que "los detalles marcan la diferencia de cada día" y se me grabó a fuego. Siempre intento cuidar esos detalles, los pequeños, los que no se suelen tener en cuenta, los que sacan sonrisas y besos.

Pero siempre hay una parte de nosotros mismos que no sabemos controlar, una minúscula parte que no sabemos cómo explicar. No sabemos cómo decide ni cómo actúa.
Miento.
Sabemos que existe. Sabemos que actúa. No conseguimos eliminarla, creo que esa es la palabra, conseguir.

No se mejora con las alegrías ni con las sonrisas, quizá con los besos y las caricias se avance algún paso. Pero sin duda son los golpes, las caídas, los suelos resbaladizos... Esos son los que nos ayudan a mejorar.

Quizá un día nos caigamos e intentando mejorar volvamos a caer. Quizá un día no podamos levantarnos... Pero en nuestro Yo, habremos mejorado. Lo habremos conseguido.

jueves, 3 de noviembre de 2011

A mí me da miedo no darte las buenas noches cada noche de nuestra vida,
no despertar a tu lado cada amanecer de cada día.

Me da miedo no tener planes de futuro a tu lado,
me aterra pensar que quizá, un día, puedo no ser yo quien pinte sonrisas en ti.

Ojalá alguien pudiese asegurarme que mi vida será junto a la tuya,
ojalá respetarte siempre fuese mi primer mandamiento y supiese cuidar de lo sagrado que es tu cuerpo sin descuidarlo ni un instante.

Quizá un día despiertes y no sea yo esa persona con la que sueñas compartir tu vida
quizá un día no sea yo
y el mundo se caiga, se descomponga en pedazos tan diminutos que no haya forma de recomponerlo, quizá el destino tenga un plan peor que este que sueño

Ojalá hubiese una manera de firmar la eternidad de tu cuerpo sobre el mío y de quitar estos miedos que desordenan mi cabeza y no me dejan dormir.

Quizá sean estas gotas de lluvia que no dejan de gritar.

miércoles, 26 de octubre de 2011

La promesa de un amor eterno que naufraga en la certeza de la pura realidad, retumbando en la transparencia de la eternidad.

jueves, 20 de octubre de 2011

Cuando uno se acostumbra a ciertos hábitos es muy complicado dar marcha atrás. Se supone que la solución está en poner límites desde el principio, afianzar las bases y de ahí en adelante construir la torre.
Ya, claro, es difícil saber cuándo la base es suficientemente ancha, es probable que nunca lo sea, quién sabe.

Siempre he pensado que todo sucede por una razón, que todo está en cierto modo predestinado, que hay varios caminos por los que podemos ir, varias opciones donde nosotros sí escogemos, pero que nos llevan a un mismo final (pasando por diferentes puntos, claro) con una perspectiva diferente. No sé si me explico, en mi cabeza tiene sentido, bueno, miento, a veces no lo tiene. Cuando no me gusta lo que sucede o lo que sucederá, ahí dudo. Pero ay!cuánto aprendemos en esos momentos... Quién sabe.

Yo? Claro que lo sé, yo me perdería en su cuerpo, desde la punta de los dedos de los pies hasta la coronilla, pasando por ombligo, mejillas... ¿qué zonas menos románticas, verdad? Depende de en quien las pongas. Ella es perfecta, un 12 sobre 10, el fin de una escala sin final, una de las pocas maravillas reales de este raro mundo.

No hombre, hasta ahí no existe ningún problema, el problema está en los hábitos, en la falta de ganas y de fuerza para quitarlos, en la reiteración de las cosas, no sé, es complicado. Yo viviría cada segundo a su lado, y, ojo, me arriesgaría a decir "viviré", pero ay! estos caminos de la vida que nos llevan por sitios raros...

Viviré a su lado, desde un punto o desde otro. Antes cuando estaba con ella me sentía mejor persona, ahora siento que no encajo, es complicado.

voy a ver si los puntos de gotelé de la pared tienen las respuestas, o quizá las motas de polvo, o cualquier cosa insignificante que se nos escapa, voy a ver....

jueves, 29 de septiembre de 2011

Quiero que llegue el frío de Madrid. Taparme hasta arriba cada noche, desear aún más tener el calor de tu cuerpo sobre mí.
Deseo que nieve, que se cubran las calles de blanco y abrazarte entre los copos. Pasear por las calles de un Madrid diferente, vacío de coches, lleno de caras sonrientes que sólo sueñan con otro día igual que éste.
Días sin preocupaciones, días de amor, de respeto, de cariño.

Dicen que el frío nos apaga, que hace que nuestro estado de ánimo baje, pero ¿y si empezamos a ver los días blancos? llenos de luz, llenos de ganas de calor. De tu calor. De ti.

Quiero ese Madrid.

sábado, 20 de agosto de 2011

Love of lesbian dicen que "el falló más grande pasó por guardar solamente los días más gratos y olvidar los demás"

domingo, 24 de julio de 2011

verdades

La vida se compone de millones de minúsculos pedacitos de momentos, instantes de historias de amor, de alegría, de fracaso de ilusión y desilusión, de mentiras, de progresos, de miradas y de besos, millones de acontecimientos que nos determinan, que puntualizan un inicio y presentan un final. Millones de instantes diferentes porque no existe la eternidad, la evolución, el camino a seguir. La constante incertidumbre de no saber cuándo, pero sí ser consciente de que todo tiene un fin.

miércoles, 15 de junio de 2011

Que ella es el escalón que me lleva hasta la eternidad,
que no necesita más de una palabra para hacerme temblar,
Que es ella, sí, la única capaz de traerme cada una de las olas del mar
y juro que su cuerpo sabe a sal y a nieve, y a veces hasta me trae estrellas.

Que sus manos son las únicas capaces de ordenarme
y hace que hasta me parezca facil enamorarme.

Que me encantaría envolverme en sus caderas cada anochecer y saber que no importa si esa mañana no sale el sol,
porque sí, es ella quien eclipsa cualquier amanecer.

sábado, 16 de abril de 2011

No es casualidad

Definitivamente no, no es casualidad.

No digo que la casualidad no exista, digo que tú y yo, mejor dicho, nosotras, no somos casualidad. No nos encontramos por casualidad y no terminamos queriendo quitarnos hasta la piel por casualidad.

No puede ser casualidad encontrar a la persona exacta entre miles de millones de personas. No creo tampoco que lo correcto sea decir que estaba escrito, no sé quién podría escribirlo, pero sí sé que estoy hecha para ti, que desde el primer momento en que nací te esperaba a ti.
Sí sé que nadie en este mundo sería capaz de complacerme como lo haces tú, de llenarme con tan poco, de hablarme sin pronunciar ni una sola palabra, de buscar hacerme feliz a cada segundo.

Es increible porque sé que darías todo por mí aunque yo no tuviese nada para dar. Es increible encontrar a una persona capaz de dar todo sin esperar nada a cambio. Es increible haberte encontrado y saber que eres para mí. Que cada minúscula parte de tu cuerpo es mía. Que no hay nada en esta vida que busque con más fuerza que tu felicidad.

No, que dos personas así se encuentren, definitivamente, no es casualidad.

lunes, 21 de marzo de 2011

Ella.

No sé cómo lo ha conseguido.

Recuerdo estar tumbada en esta misma cama, entre estas mismas cuatro paredes, con la misma unica ventana. Recuerdo que, en general, todo era muy similar. Digo similar porque hoy mi sonrisa y mi mirada son diferentes, no sé cómo lo hizo, dudo querer saberlo, pero adoro que sea ella quien me hace sentir.

Recuerdo que estaba aquí, tumbada, como siempre, escribiendo, como de costumbre, y sé que escribía cosas acerca de como nunca llegaría. Hoy aun tengo miedo de que se apague, dejé de creer en un siempre pero ella me hace dudar sobre si, quizá, podría existir.
Quién sabe, el tiempo será quien hable.

Lo bueno de esto es que aun siendo todo igual ella me hace diferente, ella me hace feliz.
Cada mirada, cada detalle, cada risa y cada sonrisa, son otra forma de vida, y, sí, me encanta esta nueva vida.

jueves, 10 de marzo de 2011

Me desbordas.

Todo parece moverse a distintas velocidades fuera de nosotras. No sé cómo lo hiciste, pero parecíamos movernos a la velocidad de la luz consiguiendo que en nuestra habitación no pasara el tiempo.

Quizá sea el tacto de tu piel con la mía, no lo sé, sé que el roce de tus manos volvió loco a mi cuerpo. Encajamos, nos completamos. Quizá sea esa manera tuya de ser tú sin evitar que sea yo, la naturalidad con que las cosas simplemente pasan, lo que me llegas a decir con sólo una mirada.

Y por mí, vale, sí, que pase el tiempo fuera, que nosotras regularemos nuestros relojes, sin más ayuda que nuestros cuerpos descubriéndose.

martes, 1 de marzo de 2011

Nos necesitamos para recordar, para avanzar. Necesitamos ese complemento, esa fuerza de más. Nos es imprescindible ese último empujon, ese guiño de complicidad.

Tardamos en darnos cuenta, pero nos necesitamos.

Necesitamos a cada persona que ha pasado por nuestro lado, todos y cada uno de ellos se llevaron una parte de nosotros y nos dejaron una parte suya.

Al final, cuando piensas en lo bueno y lo malo sólo encuentras cruces, los malos momentos sólo tienen puntos positivos y nos perdonamos nuestros errores tanto como logramos perdonar los suyos.

Debemos apreciar cada segundo, cada pequeña sonrisa, cada punto de alegría y de tristeza. No vivir como si fuese el último día, pero sí saber que ese día llegará y, cuando llegue, nos necesitaremos.

martes, 22 de febrero de 2011

Algo nos empuja. Nos empeñamos en arriesgar, en creer que podemos volar.
Entonces saltamos, sabemos que si no conseguimos volar caeremos, la gravedad no falla. Aun así, arriesgamos. Y cuando estamos en el aire y empezamos a caer nos preguntamos porqué hemos decidido saltar. Pero ya no importa, porque ahí estamos, cayendo.

Así que, sí, aquí estamos, y, sí, sé que sólo tú puedes hacerme creer que vuelo.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Es complicado saber exactamente dónde tenemos que estar, adivinar qué es lo que nos prepara el camino. Quizá el problema sea esa ambición por conocer el siguiente paso, por tener que saber dónde colocar el próximo pie.

Al final, tendremos que hacer caso a nuestro instinto y, ¿porqué no? confiar en que nos lleve al lugar en el que debemos estar. Sin más.

domingo, 23 de enero de 2011

Y probablemente la locura sea la única cordura...
No es justo. La vida no es justa, y si lo es resulta muy complicado encontrar ese punto de equilibrio.

Una vez más estamos por debajo del punto de partida, no hay caminos ni salidas. A cada lado una pared, no parece haber puertas ni ventanas, pero cada parte de la habitación quema la piel. El propio roce de la piel quema los huesos.

Parece que ardes, lo que hace que se noten más las lágrimas frías, y así, con ese contraste, intentas acurrucarte y dormir, pero es imposible... Cómo vas a dormir, para qué vas a hacer nada que no sea contrastar.

Cómo no pensar, cómo no estallar...
Creemos estar en el camino correcto, creemos haber elegido bien hacia dónde ir esta vez, creemos incluso haber elegido la ropa y el calzado adecuado, nada puede fallar, el viaje está programado.
Entonces vuelven los miedos.

Una cosa complicada es el despegue, el miedo a un error de cálculo del piloto, un fallo del motor, un simple desajuste en una de esas mil piezas. Cuesta decidir subirse y emprender el viaje, sí.

Durante el trayecto todo parece ir bien, por qué no, algunas turbulencias de vez en cuando pero es lo normal, o eso dicen. Las dudas vienen cuando empiezan a hacerse constantes, esto ya parece otra cosa, el avión se desequilibra. Te autoconvences de que no pasa nada, todo está controlado, tiene que salir bien, cómo no va a salir bien... Logras calmarte. Todo vuelve a la normalidad, lo notas, te sientas y consigues empezar a disfrutar del viaje.

Entonces las turbulencias vuelven y saltan las mascarillas de oxígeno, esta vez algo falla de verdad, a veces los miedos no son más que un aviso de lo que pasará. Intentas agarrarte con fuerza pero es demasiado tarde, la mascarilla parece no darte demasiado oxígeno, notas cómo va descendiendo el avión, escuchas los gritos, tus gritos, tus lágrimas. Parece mentira que puedas escucharlas caer con todo lo que te rodea. Todo sucede rápido, quién lo diría.

No hay nada que hacer, subir implica bajar, de un modo u otro, pero bajar. Siempre.

Te estrellas contra el agua, no hay tiempo para salir, el avión comienza a inundarse, no puedes respirar, no puedes gritar, no puedes salir de ahi...
No hay vuelta atrás.

jueves, 20 de enero de 2011

Y si pienso en tus manos empieza a temblar mi cuerpo, y Juro que si te tengo delante no me aguanto las ganas de besarte, que tu sonrisa provoca más de mil escalofríos en mi piel en un segundo, y no consigo soñar nada que no sea tu cuerpo desnudo.

Y sin embargo en un segundo haces que eso deje de importarme..
Los límites, los puntos, las comas y los espacios, los ponemos nosotros.
Somos nosotros quienes decidimos lo que podemos llevar y lo que no, lo que merecemos y lo que nos viene grande o, por qué no, pequeño.

Frecuentemente creamos lazos que, debiendo hacernos enormes, nos hacen sentir inferiores, o simplemente no nos completan. Lo primordial es quererse y respetarse a uno mismo, si no todo lo que nos propongamos pasará a ser realmente complicado.

Sinceramente, a veces no basta con querer.

jueves, 13 de enero de 2011

Melancolía

Es curiosa, va y viene cuando quiere, nunca llama a la puerta ni espera a que estés disponible, no le importa si te encuentra en pijama o en un día de autoestima alta arreglándote convencida de comerte el mundo.
No se fija en si llueve o hace sol, aunque viste impermeable por si provoca una tormenta y, aunque le da igual si es de día o de noche, prefiere cobijarse entre las estrellas.

A veces la puedes encontrar tú, en una voz, en un aroma, en algún lugar... Pero suele ser ella quien se presente. Nunca saluda, prefiere quedarse quieta hasta que alguien se percate de su presencia.

Es curiosa, sí, no tiene porqué tener un motivo para aparecer... Pero puede que aparezca para hacerte ver que sí hay un motivo.

Es curiosa, sí.

viernes, 31 de diciembre de 2010

Por todo lo que no hacemos.

Un año más. Sí.
Es una noche para pensar en todo lo que no pensamos en el día a día. Una noche para saber que, aunque todo esté igual, todo está cambiando, constantemente. Y ese cambio, no está en ningún sitio más que en nosotros mismos.

Casi parece que esta noche estamos obligados a celebrar, pero, a celebrar sin más, porque me atrevería a decir que la sociedad nos ha automatizado hasta tal punto que la gran mayoría sigue las normas sociales y actúa sin pensar y, ¿qué estamos celebrando realmente? Para cada uno tomará una perspectiva diferente.

Podemos celebrar que se marcha un año lleno de momentos que recordaremos siempre y otros instantes que borramos directamente. Un año lleno de besos y caricias que se esparcieron y que no volveran. Un año lleno de risas, ilusiones, decisiones, caídas y, sobre todo, ataques de fuerza con los que levantarnos y recrearnos, sí, momentos en los que nos sentimos importantes y decidimos confiar en nosotros mismos. Un año entero en el que, si nos paramos a pensar, aún olvidando muchos detalles importantes, no podremos evitar notar ese cúmulo de emociones que habíamos guardado, notaremos cómo se nos llenan los ojos de agua y pensaremos "pues sí, un año más, y qué año..." "qué año..." haya sido bueno o haya sido malo... Nos habrá marcado, nos habrá hecho crecer de infinitas formas, nos habrá moldeado y nos habrá llevado a lo que ahora somos.

Aunque ahora me paro y lo releo y, sinceramente, no sé, no sé si es eso lo que realmente estamos celebrando... A mí, personalmente, no me gustan las despedidas, tampoco quiero marcar separadores en mi vida cada 365 días, prefiero verlo como un contínuo, y ésta noche, brindaré y celebraré que seguimos aquí, que seguís aquí. De hecho, deberíamos celebrarlo contínuamente, despertarnos y saber que toda la alegría que hoy derrochamos, la tenemos día a día con nosotros.

Esta noche, yo, por mi parte, daré gracias por todos los días que estan por venir, por las caricias y los besos que nos hacen sentir. Por las canciones que somos incapaces de poner y no escuchar 100 veces sin parar. Por todas las frases que nos cuesta pronunciar y por toda la felicidad que nos dan. Por los detalles tan pequeños que nos hacen tan grandes. Por las frases que nos hacen pensar. Por los días de sol. Y por todo lo que nos devuelve la ilusión.
Daré gracias y celebraré que estoy aquí y, sobre todo, que estás aquí, que estás para mí y que, mientras eso sea así, me darás el puntito de ilusión que me faltaba cada día.

Así que, sí, pensándolo bien, hoy voy a dar gracias por ti.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Gracias por aparecer y hacer que las noches de invierno no sean tan frías.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

No tengo muy claro en qué momento cambié mi predisposición, de hecho apostaría porque fuiste tú.

Es curioso, no diría que soy principiante pero me siento en primaria, expectante ante lo que pase un segundo después.

De momento con que te quedes me vale, sí.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Existe la perfección.
Lo sé porque la sentí y aun a veces, cuando releo y recuerdo, la siento.

Quizá es por eso, porque aún soy capaz de sentir que llegó a mí y del mismo modo se fue, que hoy aun me escondo de todo lo que pretenda acercarse.

Creo en las segundas oportunidades, las defiendo fielmente, son siempre merecidas, pero pocas veces afortunadas.

He repetido muchas veces que no es más que cuestión de tiempo, paciencia, esperar, tranquilidad, entender, aprovechar, disfrutar... Pero no sé de qué se trata exactamente, no sé en qué punto estoy ni a cuál tengo que llegar. Sé que el problema puede venir al plantear ésta misma duda, pero es inevitable

Intentar controlar hasta lo incontrolable y perder la oportunidad de vivirlo.
Cerrar las compuertas.
Sé que hoy tampoco será...
o quizá sí.

cuestión de predisposición...

sábado, 13 de noviembre de 2010

Lo malo de no saber en qué punto se está exactamente es andar entre varios.
Lo malo de andar entre varios puntos es que, al final, no se pertenece a ninguno.

El final es evidente, nunca se sale del principio.

sábado, 6 de noviembre de 2010

No sé si muchas veces no vemos a la gente que nos acompaña o si, simplemente, huímos de ellos.
Ultimamente me encuentro buscando un punto de apoyo inexistente, y mi cabeza crea un debate con ella misma porque, en el fondo, sabe que no está sola, que existe ese punto.

Las primeras veces gana ese debate. Según pasa el tiempo empieza a dudarlo.

Es complicado querer manejar cada acontecimiento, no saber dejarse llevar y agarrarse a cualquier clavo ardiendo con la excusa de poder continuar.

Al final, todo es complicado.

martes, 2 de noviembre de 2010

El teléfono que nunca sonó
la mirada que jamás me encontró
los caminos que no recorrí
los abrazos que no te di

Cada suspiro buscando tus labios
cada aspera caricia sin tus manos
cada una de las cosas que soñé compartir
cada uno de los momentos que no fueron para ti

no sé si lo viste desde algún lugar
si giraste a la derecha cuando tenías que seguir recto
o si, quizás, pasaste de largo al no ver marcada la parada.
Sé que te esperé, y que, supongo, te esperaré
pero avísame, sorpréndeme pero despiértame,
no permitas que te deje marchar.
Quiéreme aunque no te deje,
tienes que conseguir entrar...

martes, 26 de octubre de 2010

No sé si me cansé de esperar, de las noches de invierno entre sábanas frías, de los tal vez mañana o quizá sea hoy el día. No sé si me cansé de creer o de confiar pero sé que llegó el punto, ese punto que a gritos exige un cambio.

¿cómo va a llegar el cambio durante la espera?
el cambio viene de uno mismo, el cambio surge cuando dejamos de esperar para empezar a avanzar, el cambio surge cuando queremos que surja.

domingo, 24 de octubre de 2010

Desde miedo hasta inadaptación, puedes llamarlo de infinitas maneras y puedes encontrar millones de razones y motivos por los que seguir escribiendo cada noche en vez de dejarse llevar y sentir realmente...

No sé en qué momento se perdió la esperanza, pero cuando noto que no me importa me doy cuenta de que ya no queda.

lunes, 18 de octubre de 2010

Goethe


"el mejor destino que se le puede dar a una vida es dedicarla a algo que dure más que la vida misma"

domingo, 17 de octubre de 2010

Es algo muy frecuente, centrarse en la cima en vez de en el camino, y, aún más frecuente es buscar nuevas cimas contínuamente, nuevas metas, nuevos propósitos. Supongo que es algo que caracteriza al ser humano, la necesidad de superarse, de demostrarse a sí mismo que puede hacerlo.

Es una sensación extraña, nos creemos incompletos hasta que llegamos a la cima, pero cuando lo conseguimos seguimos estando incompletos hasta llegar al siguiente punto, y al siguiente... ¿Será un sin fin de necesidades?

Quizá no podamos completarnos mientras no miremos al camino, mientras no apartemos la vista de la cima para observar lo que nos va mostrando el viaje.
Hay que disfrutar de cada curva, cada bajada y cada subida. Hay que aprender de cada persona, cada piedra, cada detalle que se cruza en nuestro viaje. Hay que apreciar los pequeños pasos para entender porque es el que nos pone en la cima el mismo que nos completa.
O admirar el paisaje y descubrir que sólo nos completamos mientras caminamos.

quién sabe dónde estará el punto y final, quién sabe si existirá.

jueves, 14 de octubre de 2010

Azar o....

Probablemente casi todos los días ocurra algo que nos haga decir "qué casualidad".
Probablemente por muchas cosas que coincidan, seguiremos pensando que no son más que eso, simples casualidades.

Quizá exista algo más, algo que escapa a nuestro control. Unos lo llamarán destino, otros le buscarán otro nombre que imponga menos, que nos haga sentir que aún tenemos algo de control sobre los acontecimientos.

Yo, personalmente, no creo de forma cerrada ni en el destino ni en las casualidades. Pero sé que, cuando algo tiene que pasar, pasa. Y que si una persona tiene que estar en un sitio, lo estará.

Quizá exista algo más, sí.

martes, 12 de octubre de 2010

Recuerdo que siempre que pasaba por puestos de amuletos y similares me paraba y buscaba los relacionados con el amor; no es que creyese en sus supuestos poderes, en lo que realmente creía era en la magia del amor, y cualquier cosa relacionada con ella me daba esperanzas. Me recordaba que él seguía ahí, que es un sentimiento que marca nuestra vida.

Hoy fui a una feria medieval, como es habitual encontré muchos puestos de hadas, hechizos, amuletos y demás variantes. Unos me llamaron la atención en particular, eran unas llaves. Por supuesto, busqué las relacionadas con el amor. Entonces me vino a la cabeza la estupidez que supondría comprar eso,creer que de verdad influiría en el amor, que lo haría funcionar.
Me vinieron muchas cosas a la cabeza y pensé en lo ingenua que era, en la inocencia, en las ilusiones que con el paso del tiempo perdemos, la forma en la que se van marchitando nuestras esperanzas.

No sé si sentí pena o nostalgia por aquellas expectativas.
No sé si me alegré de haber "madurado" o me arrepentí de haber dejado de creer en lo que antes regía mis días.

De verdad, no lo sé.